“En el mundo real usamos ordenadores para calcular. En educación usamos a las personas para que hagan el cálculo”. Esta frase resume el pensamiento de Conrad Wolfram, matemático británico y fundador de la organización Computer Based Math, cuyo objetivo es rediseñar los contenidos de la asignatura de matemáticas y exportar el modelo a todo el mundo. Para Wolfram, el problema es la cantidad de tiempo que los estudiantes dedican a aprender a calcular a mano, cuando los ordenadores deberían asumir esa función. Cree que hay una gran brecha entre las matemáticas que se enseñan en la escuela y el uso que se hace de ellas en el día a día. “Los niños deberían aprender a cuestionar los datos estadísticos que ofrecen los gobiernos o a calcular la probabilidad de que llueva mañana”, señala. El error: dedicar tantas horas a resolver operaciones, como divisiones, de largas cifras.
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